Por: D.E.E. Graciela Carmina Andrade García Peláez,

 Docente en el Doctorado en Ecoeducación.

DE PARIDADES Y DISPARIDADES EN LAS ELECCIONES DEL 2O21.

Es de celebrarse como un triunfo del feminismo y de madurez cívica el que seis gubernaturas de quince que se eligieron el 06 de junio pasado, vayan a ser gobernadas por mujeres: Marina del Pilar Ávila (Baja California), Maru Campos (Chihuahua), Indira Vizcaíno (Colima), Lorena Cuéllar (Tlaxcala), Evelyn Salgado (Guerrero) y Layda Sansores (Campeche). Al agregar a Claudia Sheinbaum actual mandataria de la Ciudad de México podemos decir que la un poco más de la quinta parte del país será dirigido por mujeres. De este conjunto de gobernadoras, seis son de Morena y una es del PAN.

Larga ha sido la caminata feminista de mujeres y algunos varones convencidos en la necesidad de lograr la igualdad y la paridad de condiciones para las personas, tres sucesos contribuyeron a ello: a) La aprobación en 2014 de la paridad de género para el poder legislativo, con lo que ya casi es total la paridad en el Congreso de la Unión, faltan los congresos locales, aunque en Michoacán por primera vez, su Congreso Local tendrá más mujeres que hombres; b) En 2019 la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló la paridad para todos los cargos, por lo que los gabinetes, y todos los espacios de representación ahora deben ser buscados 50% por hombres y 50% por mujeres; c) La lucha feminista fuera y dentro de los Congreso, fuera y dentro de los partidos políticos y dentro y fuera de las iglesias, baste recordar semanas antes de la pandemia, cómo el feminismo comenzó a contagiar al mundo de las mujeres.

 

 

No obstante, estas circunstancias de celebración, las mujeres seguimos compitiendo en desventaja respecto a los hombres; estadísticamente tenemos menos ingresos, ahorros, relaciones y contactos políticos que refuercen nuestras candidaturas, por lo que la mayoría de las mujeres se quedan en el intento. Mientras los estereotipos comerciales del marketing político no someten a los varones a juicio, a las mujeres no se les perdona la edad, la apariencia y el estatus económico, circunstancia que limita la participación de muchas compañeras.

Existen algunos pendientes importantes para nosotras: 1) acuerparnos en torno a nuestros necesidades allende de partidos y liderazgos masculinos; 2) exigir mejores condiciones de vida para las mujeres que equiparen las condiciones de los varones, tales como seguridad laboral, atención médica gratuita y contratación por capacidad; 3) Seguir estudiando y profundizando el feminismo como una militancia de los derechos de las mujeres y su agenda para lograr una vida justa, plena y armónica en un mundo dominado hasta ahora por varones.