Por, Graciela Fabiola Lara Contreras,

egresada de la Maestría en Derechos Humanos

 

PANDEMIA Y VIOLENCIA LA NUEVA DINÁMICA QUE AFECTA A LAS MUJERES

El fenómeno de la violencia contra las mujeres ha sido un tema en boca de muchas personas, lo fue hace un año al menos, cuando la convocatoria a la marcha del 8 de marzo superó históricamente la asistencia. Fue un día esperanzador en el que hubo un encuentro de varias generaciones de mujeres que acudieron al llamado para pedir que se detenga la violencia de la que en en diferentes niveles cada una ha sido víctima o testigo. Ese incendio de esperanza se apagó de pronto por la contingencia.

Llegó la contingencia sanitaria por COVID-19, y con ella el aparente desplazamiento del estado de emergencia por la violencia contra las mujeres, la realidad es que en lugar de desplazarse el problema, se combinó. Las mujeres que ya enfrentaban violencia, con el cierre por la contingencia sanitaria fueron empujadas además a la precarización, producto del desempleo y limitación de las actividades económicas, las repercusiones del cierre en las finanzas y el cambio en las dinámicas familiares por el cierre de escuelas y oficinas, ha llevado a que se acentúe la violencia que ya se vivía, y que se le agregue una alza en delitos como asalto o robo a casa habitación.

 

 

Las agresiones sexuales con la cuarentena no dejaron de ocurrir sino que tuvieron condiciones para ocurrir con mayor frecuencia, no perdamos de vista que en un importante número casos de violencia sexual los agresores son familiares de las víctimas, lo que implica para muchas niñas, niños, adolescentes y mujeres adultas, estar con sus agresores 24 horas del día 7 días de la semana.

Los esfuerzos están puestos en resolver la crisis de atención a la Pandemia, pero se perdió de vista que la violencia sigue ahí y no debe ser invisibilizada, las llamadas para pedir asesoría por un tema de violencia, al menos en lo que respecta a Humanas Sin Violencia, el último año han aumentado y sin duda tiene que ver con la disminución en la respuesta de las instituciones locales por la contingencia, oficinas de instancias de la mujer en diversos municipios fueron cerradas en su totalidad o quedaron con horarios de atención reducidos al mínimo, dejando a mujeres ya de por sí en riesgo, con un estado de indefensión agudizado.

 

 

Hoy, a un año de la mega marcha e histórica participación de las mujeres, no podemos dejar de exigir el acceso a nuestro derecho a una vida libre de violencia.